Acabo de hacerme un rollo de york y queso. Luego haré ejercicio y se me pasará la culpabilidad.
Tengo que deshacerme de mi desorden. Ya sea gritando, llorando, o ordenando mi cuarto. Creo que la última opción no me llenará tanto como las otras dos. Pero suele ser la más civilizada.
Yo también soy persona.
Dejadme tener 18 años tranquila. En vez de llegarme 18 años me han llegado 18 problemas más. Creo que es normal que se agobien por la decisión que he tomado. Pero no más que yo, que es lo que todo el mundo está haciendo. No pretendo tirar todo mi futuro por la borda, solo los siguientes 3 meses. Después llegará el nuevo curso y haré un ciclo sobre algo que de verdad me gusta. La gastronomía. ¿Os habéis fijado que también es arte? Crear un plato, que alguien lo deguste, a veces se siente más que cualquier cuadro o cualquier canción. Para mi de momento me sirve. Quiero hacer que se sienta lo que hago. Después ya me acabaré dedicando a otra cosa que me guste aún más. Que pocas cosas hay. Como el dibujo, o la fotografía. Esas tres cosas son las que más me gustan. Cocinar, dibujar y fotografía. Soy un ser humano que nació para crear cosas, para ser artista. No tengo ilusión en estar entre cuatro paredes rellenando papeles y cobrar X cantidad de dinero, ya sea mucha o poca. Si tuviera buena voz hubiese estudiado música. Pero yo no soy un ángel caído del cielo con voz delicada. Bueno, mi voz es delicada pero porque la pierdo fácilmente.
No me parece correcto obligar a nadie a estudiar algo que no desea. Por que después salen como yo. Soy una incomprendida en mi familia por mis ideas de un futuro complejo. Los más grandes nunca empezaron a estudiar lo suyo desde un principio. Unos lo encuentran antes y otros después.
Yo lo he encontrado ahora.
Creen que para mi estudiar gastronomía es como una vía de escape de estudiar algo difícil como la economía. Si es una vía de escape, pero de tanto que me gusta.
Solo tengo una vida y la quiero vivir como a mi me dé la gana. Sé la preocupación sobre un buen futuro, pero un buen futuro no significa una bonita casa, con marido, dos hijos y un perro.
Para mí una buena vida significa conocer, correr, gritar, bailar, mirar al techo sin pensar.
Desaparecer.
Eso es una (buena) vida.